A partir del segundo Jueves de Septiembre, y prolongándose hasta el Domingo, el recinto ferial levantado en el Llano de San Juan, es la sede de estos festejos. Durante cuatro días, los marochos disfrutan de los sabores y la música que por las noche y durante el día, se conciertan en la Nave Municipal, habilitado para ello, con una gran escenario.

El bullício del gentío pasándoselo en grande es el mejor presagio de que todo marchará estupendamente.

El viernes festivo arranca la jornada con un paseo ecuestre, en el que se lucen los jinetes locales. Por la tarde, todos descansan preparándose para la maratónica sesión nocturna del baile con orquesta.

El sábado y el domingo, diana floreada ejecutada por la charanga local, acompañada de jóvenes y no tan jóvenes que han aguantado estos horarios para disfrutar del amanecer.

Hay tiempo para relajarse hasta el mediodía, donde una gala infantil hace que llegue la ilusión a los más pequeños. Por la noche, las carcajadas, el bailes, las copas y las orquestas vuelven a apoderarse de todo.

El Domingo, a las 10 de la mañana, empieza en la Plaza Mayor, desde un balcón del Ayuntamiento, la rifa de los lotes del paraje de la Contienda. Acontecimiento digno de ser visto, legado de un uso de las tierras comunales extinguido en muchos otros sitios. Se trata de una ingeniosa solución para que los ganaderos puedan acceder a una serie de parcelas de tierra pública forestadas con encinas y alcornoques, inmejorables sitios para terminar de poner a punto a sus animales.

Durante todo el día, actuaciones musicales, y entrega por la noche de los premios a los ganadores de los acontecimientos deportivos durante el verano. Como cierre a las fiestas, orquesta musical de animación para los presentes.